VIH y SIDA (AIDS)
Cuando el VIH invade una célula y la convierte en una fábrica dedicada a la producción de nuevos virus, la célula muere o pierde su función normal. En muchos individuos el virus permanece con un ritmo moderado de replicación. Mientras no exista una exagerada proliferación o multiplicación del virus y se conserve una cantidad suficiente de "linfocitos T ayudadores", elementos indispensables para el buen funcionamiento del sistema de defensa, la persona puede llevar una vida relativamente normal, sin sufrir manifestaciones de la enfermedad.
Cuando al multiplicación viral y la destrucción de células del sistema inmunitario excede la capacidad del organismo para reponerlas, se deteriora dicho sistema. A este estado se le denomina "Síndrome de Inmune Deficiencia Adquirida" o SIDA y se caracteriza por gran propensión a sufrir infecciones, especialmente las denominadas "infecciones oportunistas" (tabla 1), llamadas así porque se presentan con una gran facilidad en personas que no tienen el sistema inmunitario en buen estado. Estas infecciones son de difícil manejo por no existir un sistema de defensa efectivo que contribuya a la acción de los antibióticos.
Es importante entonces, tener claro que no toda persona que adquiere la infección por VIH tiene SIDA. Se dice que un individuo infectado padece de SIDA, sólo cuando el sistema inmunitario se encuentra limitado para ejercer su función de defensa. Por esto es tan importante tener controlado el índice de replicación del virus.
Cuando el VIH invade una célula y la convierte en una fábrica dedicada a la producción de nuevos virus, la célula muere o pierde su función normal. En muchos individuos el virus permanece con un ritmo moderado de replicación. Mientras no exista una exagerada proliferación o multiplicación del virus y se conserve una cantidad suficiente de "linfocitos T ayudadores", elementos indispensables para el buen funcionamiento del sistema de defensa, la persona puede llevar una vida relativamente normal, sin sufrir manifestaciones de la enfermedad.
Cuando al multiplicación viral y la destrucción de células del sistema inmunitario excede la capacidad del organismo para reponerlas, se deteriora dicho sistema. A este estado se le denomina "Síndrome de Inmune Deficiencia Adquirida" o SIDA y se caracteriza por gran propensión a sufrir infecciones, especialmente las denominadas "infecciones oportunistas" (tabla 1), llamadas así porque se presentan con una gran facilidad en personas que no tienen el sistema inmunitario en buen estado. Estas infecciones son de difícil manejo por no existir un sistema de defensa efectivo que contribuya a la acción de los antibióticos.
Es importante entonces, tener claro que no toda persona que adquiere la infección por VIH tiene SIDA. Se dice que un individuo infectado padece de SIDA, sólo cuando el sistema inmunitario se encuentra limitado para ejercer su función de defensa. Por esto es tan importante tener controlado el índice de replicación del virus.
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